prueba escrita: estudio de los temas
En esta serie de artículos acerca de cómo preparar una oposición, vamos a comenzar por cómo preparar la prueba escrita: estudio de los temas.
Recordamos que esta prueba consiste en el desarrollo por escrito de un tema, elegido por el aspirante, de entre un número de temas extraídos al azar por el Tribunal de los correspondientes al temario de la especialidad.
En el siguiente enlace puedes ver el temario oficial por especialidad.
Queremos comenzar con algunas orientaciones respecto a cómo prepararse los temas para esta prueba.
Orientaciones para prepararse los temas:
1.Organización del material
Los temas desarrollados por los Centros de Enseñanza como CeDe, resultan ciertamente útiles – como veíamos anteriormente – si se toman como punto de partida para la preparación de “nuestros” temas.
Son una buena base, desde la cual podamos corregir, resumir, aumentar y además, dan pistas en algunas preguntas o temas cuyo enunciado es especialmente enigmático, saber “de qué van” esos apartados.
A la hora de realizar nosotros la preparación de los temas, lo deberemos hacer pensando, no sólo que tenemos que aprendernos el contenido de un tema de memoria, sino que pretendemos buscar aquello que nadie va a decir.
Estrategias más concretas:
Nos parece importante comenzar por hacer una agrupación de los temas.
A priori, la división de temas, de mayor a menor importancia, aparentemente, puede parecer errónea, inexacta ó pérdida de tiempo, pero no lo es.
Cualquier profesor o estudiante de una materia, sabe perfectamente que existen temas que, por su peso medianamente bien preparados, pueden servirnos para exponer e improvisar otros.
Ésta es la razón, no la única, de la división en temas de mayor y menor importancia.
Para ello, debes distribuir los temas en grupos afines que faciliten su estudio.
El criterio de agrupación puede ser cualquiera que convenga al opositor, aunque parece más útil aquél que tiene algún reflejo en la organización científica o escolar
Por ejemplo en torno a los Núcleos Temáticos y Bloques de las distintas “materias” y “áreas” o entorno a especialidades científicas y sistemáticas, etc.
Una vez realizado lo anterior algunas orientaciones útiles para esta preparación, pueden ser:
– Revisa los temas: Reúne todos tus apuntes sobre el mismo tema.
– Complementación des temas: utilizando el espacio en blanco y los márgenes de los lados para añadir datos e ideas complementarias a partir de otras fuentes, o simplemente comentarios que aclaren los puntos originales.
– Si vuelves a escribirlos para personalizarlos (hay opositores que lo hacen) utilizando tus palabras:
Deja espacio para notas posteriores que amplíen o aclaren los puntos originales y que vayas conociendo posteriormente. Otra forma para disponer el espacio es escribir solo en una cara del papel o dejar muy separadas las líneas.
Numera cada punto y emplea encabezamientos.
Emplea esquemas, gráficos.
Usa abreviaturas para ahorrar tiempo.
Memorizar temas
Si anteriormente hemos dicho que la preparación no la debemos enfocar exclusivamente a la memorización de los temas, sino a su preparación, a la búsqueda de materiales, etc., ello no quiere decir que no hay que memorizar.
A esto habrá que dedicar, al menos, los últimos meses (aunque recomendamos ir haciéndolo a medida que vamos trabajando sobre ellos).
Para facilitarnos esta tarea, resulta muy útil el que al terminar de preparar cada tema y, cuando ya sabemos que es lo que queremos contar sobre él, hagamos un esquema o ficha que contenga las ideas principales de los aspectos o apartados que comprenden el mismo.
Elaboración de un fichero:
En dicho fichero se deben recoger, al menos, los temas más importantes de cada grupo establecido.
Si está convenientemente ordenado; el fichero permitirá una preparación inmediata de la prueba, rápida y cómoda.
Un tamaño útil de las fichas es el de 12,5 x 20 cm y pueden recoger, sinópticamente, los elementos de cada teoría que el opositor considera más útiles, por ejemplo:
Un posible esquema expositivo.
Las principales cuestiones o contenidos, planteamientos y autores que determinan su condición científica, artística o humanística.
El modo (total o parcial, específico o genérico, etc.) con el que aparece recogido en los programas o desarrollos curriculares oficiales.
La bibliografía más destacada.
Otros temas del fichero con los que mantiene especial relación y a los que podría acudirse, en caso de que el aspirante tuviera alguna indecisión de última hora.
Sobre su construcción, elaboración de fichas y uso, ver el libro de Leitner: “Así se aprende”, de Ed. Herder.
Otra forma de organizar la información de los diferentes temas es a través de mapas conceptuales, poniendo la pregunta en el centro de la página, las ideas y datos relacionados en ella se escriben a su alrededor y se le unen por medio de líneas que muestran esta relación y la de las ideas y datos entre sí.
2. Autoevaluación
Para esta prueba escrita, es recomendable, antes de ir al examen, haber redactado algunos temas conocidos y bien sabidos -reloj en mano- a modo de ensayo para ver lo que se es capaz de escribir en un tiempo determinado en las mejores condiciones, y de esta forma ir ajustando el desarrollo al tiempo que vamos a disponer en el examen.
En la siguiente entrada vamos a tratar de cómo prepara la PRUEBA PRACTICA.
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